Las fuertes lluvias sufridas en el Pirineo durante los pasados días de Octubre han provocado grandes riadas. Esta vez las increíbles fuerzas de la naturaleza han conseguido modificar el paisaje de nuestras queridas montañas pirenaicas, sobre todo en la comarca de la Jacetania.
Dejando por un momento a un lado todas las infraestructuras, viviendas y demás cosas construidas por el hombre que han quedado totalmente destruidas; nosotros nos paramos a pensar en los cambios que han tenido que sufrir lugares naturales de gran interés para el desarrollo de nuestras actividades montañeras, como son por ejemplo los barrancos o las aproximaciones a determinados picos.
Todavía nadie a podido certificarlo (y posiblemente no pueda hacerse hasta esta próxima primavera), pero estamos seguros de que el barranco del Fago situado casi en el valle de Hecho, cerca de la localidad que lleva el mismo nombre, ha sufrido un cambio importante en su tramo medio, dónde hasta ahora encontrábamos un gran sifón que evitábamos por su parte alta gracias a unas cadenas instaladas en la pared, que nos ayudaban a ascender y posteriormente descender mediante un rapel otra vez a la altura del cauce.
Aunque no es el único barranco que habrá sufrido los azotes de la gota fría, el barranco del Hospital, también por la misma zona, al estar escavado en roca flysch (mucho más erosionable), muy probablemente habrá sufrido también importantes cambios en su morfología.
Los barrancos del Valle del Aragón, el barranco denominado Boca del Infierno también en el valle de Hecho, los barrancos del Valle de Tena como el Gorgol, o el Os Lucas e incluso los barrancos cercanos al Parque nacional de Ordesa y Monte Perdido tendrán que ser estudiados con detenimiento la próxima primavera, tanto para detectar los posibles cambios en sus morfologías, como para reparar los daños que las crecidas habrán provocado a las instalaciones fijas que en ellos existen.
Pero no sólo los barrancos han sufrido cambios con estas lluvias, de momento el acceso a la Renclusa por la pista de la Besurta sigue sin poder hacerse en coche debido al desprendimiento de una parte de la pista. El acceso al Balneario de Panticosa estará cerrado al tráfico rodado unas semanas por el mismo motivo, o la aproximación al Pico Collarada por su pista ahora es imposible.
La conclusión que debemos sacar de todo esto es que hay que extremar las precauciones cunado hagamos montaña, no sólo en los próximos días y en la zona del valle del Aragón, sino una vez se nos haya casi olvidado el episodio como puede ser la primavera que viene y en zonas que pueden ser impensables. Para ello recomendamos además de nunca salir solos, informarnos muy bien de las posibles nuevas condiciones en las que encontraremos la zona de la actividad.